Como dijo una amiga hace unos días, ahora sí, podemos decir que «estamos migrados».
– ¿Y qué es lo que habéis hecho? – me pregunta alguno en un vago ataque de interés por estas frikadas mías del curro.
– Pues mira, lo que hemos hecho es cambiar el lenguaje informático.
– Sí, pero ¿qué ha cambiado?
Y a una le gustaría contestar: pues que los editores de contenidos se han puesto histéricos porque le hemos dado la vuelta cual calcetín a la herramienta con la que trabajan y los comerciales andan tirándose de los pelos unos a otros porque les hemos puesto un software chulísimo y precioso llamado ERP que no entiende ni la madre que lo parió.
Pero no, respiras hondo y entiendes aquello de que «los cambios son traumáticos», asumes tu parte de culpa en algunos errores en la transición y le quitas hierro al asunto mientras contestas: pues que el portal ahora es más rápido, más completo y más sencillo. Y te quedas tan ancha porque, total, tampoco esperaban realmente una respuesta en detalle.
Y es que si algún eco ha tenido la migración para propietarios y viajeros (que es normal señores, y aunque faltan cosillas casi todo está ya estupendo y nos va a quedar de rechupete) vengan queridos a vivirlo desde dentro.
Una migración, y por la parte que yo he vivido que no ha sido toda, sigue el siguiente trayecto: empieza en usabilidad, pasa por los técnicos (o vulgarmente llamados informáticos de toda la vida de dios), la digieren el resto de departamentos, la proclaman y defienden directores y vuelve de nuevo a usabilidad para comer quejas, «traumas post-migrales» y algún que otro ¿y a quién coño se le ha ocurrido hacer esto así?
Y que una lo entiende ojo, e intenta ayudar, pero hay mañanas que llegas a la oficina y al encender tu messenger saltan más ventanas que en una peli de Bruce Willis.
Lees tu correo y 2 de cada 3 e-mails llevan en el asunto las palabras urgente, importante o caso raro (ésta última fórmula sólo para los más calmados).
Y pasas por las salas del resto de departamentos como el prota de Soy Leyenda pensando «qué no se den cuenta de que estoy aquí».
Pero al final todo va volviendo a la calma habitual (o sea, ninguna) y entre todos lo dejamos niquelao. ¡Y es que nos está quedando tan mono! No hay más que verlo: Toprural.
Y cómo pocos lo dicen, ya lo digo yo: ¡enhorabuena chicos por el trabajo hecho durante la migración y el que queda por hacer! Especialmente a mi equipo claro, que para eso es el mío 😉
Jeje. Gracias Olga por contarnos c tal humor el recorrido hasta l estado de migrados! Y sobretodo gracias por tu inagotables paciencia y eficacia 🙂
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Tenía que soltarlo!! jajaja. En realidad no es para tanto, estolomigramosentretodos.org
😉 Gracias a ti majo!
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Hola Olga!
tengo un problemilla de usabilidad, puedes pasarte por mi ofi? 😉
Fuera de bromas, trabajo estupendo!
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