En ocasiones comentamos entre nosotros cuáles deben ser las acciones para dar la mejor atención al cliente. Cuál debe ser la línea de un comercial, si es adecuado el tono que usamos en la comunicación con el cliente, cómo contestar a una llamada o a un email, etc.
Y con esto, se abre el debate sobre qué nos hace más cercanos al cliente, más amigables, más amables y qué acciones producen el efecto contrario.
¿Qué nos hace más amables ante el cliente? Serlo.
Y para muestra un botón.
La semana pasada celebrábamos en Toprural un día de «puertas abiertas» en la oficina. Algunos propietarios se pasaron por aquí, nos pusieron cara, conocieron nuestras oficinas y tuvieron oportunidad (y nosotros a nuestra vez) de hablar de tú a tú con aquellos que muchas veces están «al otro lado del teléfono».
Durante tal encuentro, Chusa, una de nuestras comerciales, tuvo oportunidad de hablar con una pareja, propietarios de un alojamiento rural, que hace años se anuncia con nosotros. Estos propietarios, hace más de 3 años, tuvieron un problema legal con el anuncio de su alojamiento en Toprural para el que nos pidieron consejo.
En su momento, tratamos de ayudarles remitiéndoles una carta dónde simplemente explicábamos la situación en la que se encontraba su alojamiento en nuestro portal. Apenas unas líneas que enviamos esperando que sirvieran de algo.
Años después, ha salido la resolución del juicio en el que se vieron envueltos, juicio que han ganado librándose de pagar los casi 1.000 € de multa que les reclamaban. Y estos propietarios se han acercado hasta aquí, nuestras oficinas, sólo para darnos las gracias por esa carta.
Eso es atención al propietario (o cliente), esas pequeñas cosas son las que nos hacen amigables, amables y cercanos.
Desde luego yo no lo habría expresado mejor, pero así es.
Personalmente confío plenamente en la sonrisa telefónica y en la cercanía con el cliente que hace de nuestro trabajo un servicio más completo y enriquecedor tanto para los clientes como para nosotros.
Las claves están sin duda en: escuchar, ayudar, aconsejar y sonreír. 🙂
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